martes, 21 de febrero de 2017

Con 25 años y más desilusiones que las páginas de un libro, yo había llegado a un buen trato con mi corazón, me encontraba en ese momento en el que ya no quieres perseguir a las personas, cuando estás cansado de sentir dolor e incluso cuando estás cansado de ilusionarte.

El trato era bastante simple, no te entregues corazón, no te entregues y veras que así te ahorrarás el dolor, así pues comenzamos a vivir en el cinismo, buscando sentir sin hacerlo realmente y estábamos siendo "felices".

Una tarde  de la nada apareció ella, quién  casi no hablaba, quién era todo lo que no buscaba lo que no sabia que necesitaba, el corazón la vio y descubrió una forma de salir de la prision en la que estaba y entendió que había sido roto muchas veces antes para poder pasar por esos barrotes que le había impuesto yo, pedazo a pedazo sin sentido se fue entregando y yo ni cuenta me daba.





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